Mermelada de pimientos :P

Me encanta la comida de mi tía Lolo, es genial, pero sobretodo su mermelada de pimientos.
Teneis que probarla porque realmente tiene un sabor curioso, como si te comieras un pimiento un poco dulce y ácido (dicho así igual no llama mucho la atención pero hay que probarlo :))
En un biscote con un poco de queso Philladelphia están de vicio :)--O (éxito asegurado )

Os dejo la receta, lleva un poco de tiempo, pero merece la pena:
Ingredientes
-2 pimientos
-Azucar
-Vinagre
-Agua
Procedimiento
Limpiar los pimientos, les quitamos los rabos las pepitas y las fibras blancas del interior.
Trocearlo en pequeños dados (de unos 3mm más o menos)
Pesar los pimientos limpios y troceados, para calcular la cantidad de azucar que se necesita.
-->Por cada 100g de pimiento se necesita 50g de azucar.
Echar en una olla el pimiento, el azucar necesaria, echar agua hasta casi cubrirla y un buen chorro de vinagre.
Dejar cocer a fuego lento durante más o menos 1 hora o hasta que tome la consistencia deseada.
Si quereis que no se vean muchos tracitos de pimiento, a mitad de cocción la podeis pasar por la batidora aunque no tiene que quedar con pinta de pure.
Una vez hecha, guardarla en un tarrito de vidrio (para conservarla durate más tiempo cerrar bien el tarro y hervirlo al baño maria).

Cambio de aires.

Qué rápido pasa el tiempo, tanto que casi asusta, ya no recuerdo ni la última vez que escribí algo en el blog.
Pero tengo una buena excusa, la verdad es que noviembre ha sido un mes de locos.
Entre los exámenes, las clases, las prácticas etc etc...no he tenido tiempo para nada, pero es cierto eso que dicen de "No pain, No glory" y los madrugones o las horas interminables de biblioteca están mereciendo la pena y de momento no he suspendido ningún examen (espero decir lo mismo a finales de diciembre ^^)

Ahora toca darle duro a la biofarmacia que el jueves tengo examen final ainssss qué nerviuss.

Ayer tuve mi última clase, la última clase de la carrera, que se dice pronto, pero aquí estoy, a menos de un mes de dejar Pamplona para siempre, de no volver a desayunar nunca más los croissants de jamón y queso de Martín, de pasearme por Pio XII con Techu o la Paky o congelarme en el "transiberiano"
María y Mayte se quedan allí para hacer las prácticas, pero yo me voy, no a Nantes ni a Vitoria, al final y después de un montón de dudas, indecisiones y papeleos, me voy al hospital St. André de Burdeos.

No echaré de menos Pamplona, pero si los buenos momentos vividos allí e incluso de alguna extraña manera también los malos.
El último día de exámenes me iré de fiesta con mis compañeras de piso, es una pena haberlas conocido tan tarde, porque son geniales, quizás sea lo único bueno que tiene el piso del Monasterio de Fitero.

Bisouss