Pero tengo una buena excusa, la verdad es que noviembre ha sido un mes de locos.
Entre los exámenes, las clases, las prácticas etc etc...no he tenido tiempo para nada, pero es cierto eso que dicen de "No pain, No glory" y los madrugones o las horas interminables de biblioteca están mereciendo la pena y de momento no he suspendido ningún examen (espero decir lo mismo a finales de diciembre ^^)

Ayer tuve mi última clase, la última clase de la carrera, que se dice pronto, pero aquí estoy, a menos de un mes de dejar Pamplona para siempre, de no volver a desayunar nunca más los croissants de jamón y queso de Martín, de pasearme por Pio XII con Techu o la Paky o congelarme en el "transiberiano"
María y Mayte se quedan allí para hacer las prácticas, pero yo me voy, no a Nantes ni a Vitoria, al final y después de un montón de dudas, indecisiones y papeleos, me voy al hospital St. André de Burdeos.
No echaré de menos Pamplona, pero si los buenos momentos vividos allí e incluso de alguna extraña manera también los malos.
El último día de exámenes me iré de fiesta con mis compañeras de piso, es una pena haberlas conocido tan tarde, porque son geniales, quizás sea lo único bueno que tiene el piso del Monasterio de Fitero.
Bisouss
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