sábado, 19 de marzo de 2011

Du sable dans les chaussures.

Arena en los zapatos.

Cerré los ojos nada más subirme al tren, ni siquiera recuerdo si aún estaba despierta cuando éste se puso en marcha y se alejó de Tours, lo único que recuerdo es que me fui con mal sabor de boca.
Después de hacer transbordo en Poitiers durante una hora, llegamos a Bordeaux a eso de las 10:40, me despedí de Nerea y fui corriendo hasta la parada de autobús, tenía que darme prisa en volver a casa porque a las 14h había quedado con Agnès y Thomas en el Meriadeck para ver ir al Bassin d'Arcachon y ver la famosa Duna de Pyla,
Recogimos a Justine y en cosa de una hora (o quizás menos) llegamos a nuestro destino -->

La duna de Pyla, por lo visto, la más famosa de toda Europa, aunque hasta hoy nunca oí hablar de ella.

Nos descalzamos y empezamos a subir aquella duna enorme, mis pies se hundian en la arena fria y costaba mucho más de lo que parecía llegar a la cima, pero mereció la pena.
A un lado se encontraba un bosque de pinos plantados por Napoleón, y al otro lado el mar.

Pero a estas alturas, la falta de sueño empezaba a hacer mella en mi y hablar en francés me costaba enormemente.
Bajamos al pueblo y paseamos por el puerto hasta terminar tomandonos un chocolate caliente en una cafetería.
La vuelta me la pasé durmiendo con lo cual llegué a casa de Agnès muchisimo más despejada,
Cenamos viendo Vicky, Cristina, Barcelona y después nos fuimos al "L'autre petit bois" y sentada en uno de sus cómodos sofas con una copa de vino, terminamos la noche.

2 comentarios:

Inma y Patrick dijo...

Hola Chantal, nos parece un vieja muy interesante ¿que tal te sentiste subiendo las dunas?
Solo sentimos que tuvieras un poco de sueño y no lo podrias disfrutar al 100%. Pero por lo visto, acabaste muy bien el dia

4lan4 dijo...

una vieja muy interesante??