domingo, 20 de marzo de 2011

Otra ciudad, otra vida...

Foto de los tejados de Tours hecha desde la biblioteca de Tanneurs un día gris y nuboso.

Es extrañamente triste como una ciudad en la que he vivido tantos buenos (y no tan buenos) momentos haya cambiado tanto, aunque sus calles sigan siendo las mismas, aunque la place Plum siga en el mismo sitio, ya no son las mismas personas las que se sientan a charlar en las terrazas de los bares, ni se paran a comprar un pain au chocolat en la Grignotine.

Ya se ha esfumado esa sensación de "llegar a casa" que sentía cuando me bajaba del tren y pisaba la Gare de Tours después de un viaje.
Ahora el cuarto piso del Bat D. ya no está ocupado por Mateo, Anne, Juanito, Zizou y los españoles, todo ha cambiado.

Se puede decir que Bordeaux es ahora mi nuevo hogar, aunque tampoco me queden muchos meses más aquí.
Pero, poco a poco he ido haciendome a esta ciudad hasta el punto de admitir, que sea más bonita que Tours.

Sin embargo, y a pesar de todo, Tours siempre tendrá un lugar especial en mi corazón y siempre la veré con buenos ojos, como al novio al que siempre ves guapo aunque lleve unas pintas horribles.

1 comentario:

Inma y Patrick dijo...

Cuando llegamos a una ciudad, la tenemos que hacer nuestra, y cuesta un poco adaptarse. En cuanto a Tours, no están los amigos de antes, la situación es distinta, y ya solo quedan recuerdos y, lógicamente, las calles. Pero seguro que en el caso de volver, harías nuevas amistades, y volverias a acostumbrarte al ambiente de Tours, lo que haria que te gustase más, incluso, que la primera vez que fuiste.
Pd.: Muy buena comparación la del novio.